Hasta cuando la tenía entre mis brazos la empezaba a echar de menos. Es perfecta, tiene un olor peculiar a mora que te deja atontada cuando estás a su lado, tiene una especie de poder sobre mi que hace que no me quiera separar de ella...
No quiero que quede ningún centímetro de espacio entre ambas, me pasaría días abrazada a ella, ahora si que puedo decir que las palabras a veces no son lo mas importante.
Puedo admitir que aún huelo a ella, que mi sudadera y mis manos llevan su olor, que en este preciso instante tengo una sonrisa tonta que no puedo evitar al pensar en todo lo ocurrido y que mañana el único tema en el que se centre mi cabeza será ella.
Ella...gira la cabeza y entre pequeñas risas me dice que sonríe porque es feliz...
Yo sonrío, porque si ella es feliz, yo soy feliz.
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