martes, 23 de julio de 2013

Suspiré y creí escuchar un gemino donde sólo había una desconsolada. Me masturbé en mitad de una pesadilla en la que no reconocía mis manos sino las tuyas y entonces rompí a llorar. Allí desnuda, pensé que nunca me había corrido así desde o hacia el corazón no lo sé.

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