Es cierto también que hay ciertas personas que si no vuelven jamás, desearías que lo hicieran al menos por última vez, para poder cerrar los capítulos que se quedaron a medias, finiquitar contratos que se firmaron pero quedaron arrinconados en alguna esquina de un cajón de madera, pronunciar un adiós definitivo o mirarse por última vez con ternura. Despedirse con todos los rencores olvidados y todas las cuentas saldadas.
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