Hasta qué punto yo y hasta qué puta la vida
si no tengo nada que declarar en esta confesión de polvareda,
en este silencio me arrodillo ahora que no me queda ningún dios
que matar, ningún hombre por el que salvarme,
ninguna guerra en la que poder decir: la vida entera.
Contigo.
Hasta que duela, cariño,
hasta que muera.
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