martes, 25 de febrero de 2014

Te conviertes en tormenta y te duelen los escombros.

Empezaré esto con una frase muy típica ultimamente en mi: te echo de menos. Te recuerdo, te recuerdo cada día, cada segundo, cada hostia que me doy con la vida me recuerda a ti y a tus ganas de que nunca me diera una de ellas. Son tan dolorosas como las que me daba contigo. ¿Mentimos cuando decimos: te quiero como nunca quise a nadie? yo a ti te quería,¿verdad? Supongo que no me acuerdo tanto de como te quería, por eso digo que ahora quiero como nunca quise. Me acuerdo mas de tus desastres, de esas mañanas de sol y esas tardes de lluvia, haciendo siempre lo mismo, nada. Mirar al pasado, ¿para qué? ¿para echarte de menos? que pereza... Recuerdo que me lo decías mucho: ay Carmen, que pereza me das. Tu nunca me diste pereza, me diste animos, me diste amor, me diste asco. Que triste pensar en ti, que triste acordarse de lo malo y decir: joder, que puta zorra. ¿Debo pensar en lo bueno y decir: que adorable? Supongo que ahora es cuando miro al suelo y doy las gracias, a pesar de las ganas de llorar. Por ese año que no fue aquel que esperabamos tener. Aunque en realidad, ¿que cojones esperabamos?.

No hay comentarios: